Momento crucial: La elección de las terneras de reposición

Las decisiones de hoy condicionan los futuros resultados de la empresa. Las vacas que culminan su vida productiva deben ser reemplazadas cada año, para darle continuidad y estabilidad al rodeo. Las terneras de reposición son los pilares sobre los cuales se sustenta nuestro planteo productivo. Sobre ellas recaerá la mayor o menor productividad de la empresa. Principalmente de ellas van a depender los porcentajes de destete y los pesos de destete futuros, que son los que van a determinar la rentabilidad empresarial.

Cuestiones a tener en cuenta para tomar mejores decisiones a la hora de elegir nuestras terneras de reposición:

  • Adaptación al ambiente y al entorno productivo 
  • Genealogía y comportamiento de los padres.
  • Peso preservicio, condición corporal y evaluación fenotípica 
  • Tacto preservicio para descartar problemas reproductivos y establecer el grado de desarrollo reproductivo.
  • Medición del Área pélvica

La edad de las terneras al primer servicio

Este es un aspecto que depende principalmente de la decisión del productor. Generalmente las fechas del primer entore  se realizan en tres momentos:

  • A los 27 meses de edad, entore tradicional.
  • A los 22 meses de edad, entore de otoño.
  • A los 15 meses de edad, entore precoz.

Los tres momentos tienen ventajas y desventajas que deben ser evaluadas convenientemente por el productor. 

En el caso del entore tradicional les permite a las terneras mayor tiempo para completar su desarrollo reproductivo, optimizar su madurez sexual y adaptarse mejor al ambiente. De tal forma que pueden iniciar su vida productiva con mayor fortaleza y desarrollar mejor estabilidad a lo largo de su vida productiva. Como contrapartida, requiere un tiempo mayor de recría hasta el momento del servicio.

En el caso del entore precoz, contrariamente al servicio tradicional, las terneras tienen una mayor exigencia para completar su desarrollo reproductivo y su madurez sexual y menor tiempo para adaptarse al ambiente, por lo cual el inicio de su vida reproductiva es más endeble y le costará más esfuerzo preñarse en el segundo servicio. Como contrapartida el tiempo de recría es menor, pero al mismo tiempo mucho más exigente en cuanto a nutrición y manejo que en el entore tradicional.

En el caso del entore de otoño, es un intermedio, que les permite a las terneras tener más tiempo para su desarrollo sexual y llegar con mas fortaleza al momento del servicio. El inconveniente es que la época de nacimiento de las crías, generalmente no coincide con la curva forrajera y los terneros sufren ese momento.

Gen.ar optimiza la toma de esta trascendente decisión

Nos permite conocer la genealogía de las terneras

Nos permite conocer la productividad de los padres de las terneras

Nos permite registrar y valorar toda la información productiva necesaria para evaluar adecuadamente a cada una de las terneras de reposición.

Con esta herramienta nuestras terneras de reposición serán nuestras mejores vacas, las más fértiles, las más longevas, las más sanas, las más productivas.

No hay dudas de la utilidad de Gen.ar para tomar esta trascendente decisión.

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